¿Estarías tu aquí ahora?

Imagina que tienes un sueño. Algo loco, disparatado, absurdo, imposible. Un sueño de esos por los que nadie apostaría jamás, pero tu sueño, a fin de cuentas. Cuando la gente escuche tu idea, esa locura tuya, te dirán que es imposible: que nunca lo conseguirás. Entonces tú, una persona coherente, terminarás por aceptar lo inverosímil de tu idea. Desecharás tu sueño y te propondrás una meta más realista, más cercana. Terminarás por estudiar algo que te asegure un buen trabajo en el futuro, por buscar una estabilidad... una casa, una familia, un sueldo fijo... y en algún momento creerás ser feliz. Serás tan feliz como cualquiera de tus vecinos. Serás feliz porque no arriesgaste, porque vendiste tu sueño absurdo a cambio de un futuro tangible. Porque alguien te dijo que no lo conseguirías y tu le creíste. Le creíste porque esa persona, esas personas, te aseguraron que era imposible. Era imposible porque ellos nunca serían capaces de lograrlo.
Imagina que no les escuchas. ¿Quién es el loco? Les ignoras. Persigues tu sueño. Luchas por alcanzarlo, te sacrificas...y, al final, puede que lo consigas. O puede que, efectivamente, fuese imposible. No importa. El final es lo de menos. Lo que cuenta realmente es el camino. La búsqueda de la felicidad, reunir el valor suficiente para perseguir tus sueños... luchar por ser feliz. Intentarlo. Solo entonces, podrás optar a conseguirlo.
Imagina que nadie intentase lograr sus sueños. Que nadie hubiese luchado por demostrar que el mundo era, en realidad, redondo. O que se podía viajar al espacio. Que todos los científicos, inventores o pioneros en algo hubiesen aceptado aquello de "es imposible". Que todos los músicos, actores, deportistas o escritores hubiesen cambiado su sueño por algo más tangible, por un empleo en una fábrica, por ejemplo. Que todos los que se enamoraron hubieran desistido al pensar que nunca lo conseguirían, que nunca alcanzarían su amor. Piensa que nunca nadie hubiese luchado por sus sueños, que todos se hubiesen rendido... y, dime, ¿estarías tu aquí ahora?

1 comentario:

  1. Como sigas superándote entrada a entrada, la gente que dice que la perfección no existe tendrá que coserse la boca.
    Bravo.

    ResponderEliminar